jueves, 31 de marzo de 2011

Nueva York

Un día me tuve que marchar, la empresa me castigó con una oportunidad y, ya sabes cómo funcionan esos ascensos, igual que las mafias de Nueva York, no puedes ofender al padrino rechazando su inspirada ocurrencia de la mañana, al contrario, le debes sonreír el regalo antes de romper el lazo robado.
 Y te dejé. Un puente en blanco y negro nos separaría de los días casuales. Los encuentros píos de los viernes, los cafés alargados sobre la mañana, la cerveza amarga de los entierros, las noches que nos sujetaban desprevenidos... ¿dónde las buscaría? .Tal vez podrías volar los fines de semana dejando los anillos en el cajón, tal vez encontrara otra escusa para cruzar a tu lado de forma calculadamente espontanea, tal vez las cartas llevaran acentos como abrazos, tal vez sea cierto que el tiempo pasa rápido, tal vez se nos olvide contar los días. Una tarde me ofreciste un sitio a tu lado, sentados, muy juntos, viendo como los demás estaban ocupados en ir y venir, sin más sentido. Y me dijiste: " dentro de poco tú también irás", las palabras eran suaves como un arrullo del Hudson, pero se quedaron a flote, como tinta manchada.
Recuerdo, creo recordar, que mis compañeros me reprochaban mi falta de entusiasmo para esta nueva batalla, ¡un vencedor!,  que conquista el primero la meta, y mientras recibe su medalla llena de dólares, mira el camino que dejó atrás.  Solamente podía repetir, sin cansarme, - volveré, Penélope.

lunes, 21 de marzo de 2011

Desvelo

Algunas noches no me dejabas dormir, te ponía nerviosa la vida, dabas vueltas esperanzada en el insomnio, hasta que te sentabas en el colchón de seda y llenabas la alcoba de palabras, preguntas, respuestas, reflexiones, otras vueltas, caricias y humo. Nos reíamos de vernos felices - a veces pasa - y la risa provocaba otras, de esas tontas que solo nacen de la ternura profunda; los besos escribían solamente el epílogo necesario. Al día siguiente la luz se cargaba en la espalda, pero no se desdibujaba la alegría cansada.
Ahora, algunas noches, la ventana apagada no me deja dormir, la tibieza de mi lado izquierdo se queda inmóvil, sin campanadas, y solo pienso en como se van acercando los rutinarios ruidos del amanecer y en ti, también en ti, cuando me desvelo, sobre todo pienso en ti.

jueves, 17 de marzo de 2011

JAPÓN

                                      Terremoto 8,8.
                                      El almendro amargo
                                      también florece.
8.8地震
苦いアーモンド
また、栄える

Lie to me

La mentira se debía alejar, el disimulo o la sonrisa fotográfica sí formaban parte de nuestros personajes.  Siempre me otorgabas  la opción; elegir entre dos balas de plata dentro de un revolver de cristal, sufrimiento o mentira, después de esa alternativa lacerada, la verdad se transformaba en una gota de silencio.
Cuando tus labios entibiaban el gesto  preciso me recordabas a kelli williams; sí ya sé, tal vez no lo entiendas, pero es la verdad.

viernes, 11 de marzo de 2011

katherine hepburn y spencer tracy

Un día me recordaste a Katherine Hepburn, aunque tú no seas morena, tal vez fue el reflejo del café en tu pelo indeciso, o la tarde obligada que se iba entre los bocetos de las primeras arrugas. Un medio perfil sereno cortaba la luz de la conversación mientras te abrazaba con la mirada. Ahora, cada vez que la veo me viene una imagen de cine a la memoria, y la pinto con los colores que tengo a mano para no olvidarte.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Gatos

No sé muy bien como contarlo, es un nuevo lenguaje. Habitualmente no recuerdo los sueños, da igual a qué hora me despierte, se quedan dormidos entre la sinapsis de las neuronas. El domingo me levanté  algo más tarde de las nueve – a pesar de que la noche del maratón fue larga – y salí a pasear entre unas ligeras gotas y los rayos fríos del sol, por la calle de los gatos me cruzo uno enseguida - no la llamo así sin motivo-, al ver su silueta recordé. Estaba sentado en un patio, con un rosal a la izquierda, un aljibe encalado en la esquina, el suelo de sanguina y algún geranio colgado en la pared, mecía la silla roja de enea sobre las patas traseras mientras seguía creando la tarde, el cielo de cristal y  nubes ensabanadas; una gatita se acerca suave con su naturaleza sigilosa y se entretiene maullando, surge, entre una cortinas de hilo, un gato con la cabeza xxl, la observa sin intención y, sin pedir consentimiento, la toma con fruición, con lujuria, como si rodara una película triple equis … me da mucho apuro reconocerlo pero era excitante espiar y a la vez me encontraba libre de culpa. Sería redundante hablar de pasión animal, no, era más similar a la  pasión humana. No recuerdo haber visto en ningún documental, ni en la vida real aparearse a dos gatos ( a los leones sí).. Cuando vi al gato desperezarse satisfecho con los bigotes extendidos por su calle, supe que nosotros éramos los gatos. Perdón.