domingo, 24 de abril de 2011

Semana Santa

Aprendí que no es suficiente llevar la fe de viaje para poder mirar el baile misterioso del calvario, que las Vírgenes de palio con el vaivén de las llamas iluminan a los capataces engominados y que la lluvia es la verdadera penitencia de los fieles. Se taparon las insignias con las mantillas negras de Jueves Santo y las peinetas se quedaron clavadas en los ciriales de los nazarenos. En el libro de  Reglas está escrito que el penitente debe ser caritativo con los pobres y con los presos de guerra santa, y que debe llorar - si quiere llorar -, para consuelo de los viajeros. Cada esquina se convertía en una espera, el tiempo, las nubes, nadie se recoge, se mojan los zapatos parados en la madrugá. No pude rezarle  a la Macarena.

sábado, 16 de abril de 2011

Amapolas


El campo está arropado por los tonos verdes de las nubes; entre las espigas sin grano surgen los capirotes rojos de las amapolas y caramelos amarillos de trigo. En estas primeras tardes de primavera el paisaje simula los colores del norte, el llano se encresta hasta la altura de la siega y las alondras plateadas juegan a ser gaviotas. Todo se confunde.
Durante el paseo he recogido las más rojas al son de un tarareo de Juan Luis Guerra,  las clasificaba por belleza y casta, cuando he tenido suficiente melancolía entre mis manos las he tirado con cierto enfado al camino sin que su desorden me indicara el siguiente paso, las observaba con superioridad y pereza, pero he tenido que arrodillarme para dibujar un ramo sin destino, luego un puño de protesta y con las últimas siete tu nombre, Daniela.

martes, 12 de abril de 2011

Pena

El árbol tenía atado su nombre en el tronco, el viento modelaba la sombra y nosotros nos sentábamos bajo el cobijo de las ramas, sin esperar nada, ni  siquiera el paso del tiempo. Eran días tristes en los que cambiábamos las penas repetidas, hasta completar el álbum.

jueves, 7 de abril de 2011

Preguntas

Nunca dejaron de sorprenderme, cuando te contaba algo, las preguntas que dejabas en los ceniceros limpios.  Tenías que imaginarte la situación, como si tuvieras que rodar después la escena, dabas pocas cosas por sobreentendidas y siempre encontrabas detalles interesantes que desconocía. Nunca te vanagloriaste de esa cualidad, a pesar de que todo el mundo la ensalzaba. Incluso te sorprendiste cuanto te eligieron para el equipo de entrevistas de nuevos empleados, tu primera condición fue dejar de utilizar el bombo de un juego de bingo para enumerar la desesperación.
Yo aprendí algo y ahora, casi sin esfuerzo, también interrumpo los relatos desconocidos en busca de matices coloreados y de garabatos grises.
Cuando te fuiste me confesaste de dónde venía tu habilidad para interrogar. Solo puedo recordarlo en voz baja. ¿por qué me lo contaste en último día?

domingo, 3 de abril de 2011

Sundae

Las cosas más sencillas buscan historia, un helado con jarabe de chocolate cumple, según señala el logotipo del google (doodle-garabato) su 119 cumpleaños. Termino de tomar café, es temprano para el antojo, tal vez por eso me provoca una reflexión.
 ¿Cómo (¿quién?), en ocasiones, (a) las cosas más elementales se (las) bautizan? . Y viceversa.

sábado, 2 de abril de 2011

Arañas

Las inundaciones en Pakistán provocan que las arañas suban a los árboles, tejen entre las hojas de agua sus redes de fantasmas  y pintan un paisaje de acuarela.
La malaria queda presa entre los pinchazos de  una vacuna de algodón.
Cuando termine el otoño, ¿quién los podará?.