martes, 31 de mayo de 2011

sábado, 28 de mayo de 2011

lunes, 23 de mayo de 2011

Luna



En el fondo de la noche tiembla el árbol del silencio;
los hombres gritan tan alto que solo se oye la luna.
Gabriel Celaya

Sueños Olvidados

Voy y vengo, cada día, un vaivén. Los sitios pasan desde la ventanilla derecha con tonos acurrucados de primavera, aún no son rutinarios,   cuando callo descubro parajes nuevos, colores frecuentes de amapolas y puentes de arena. La sierra queda a la izquierda, demasiado escarpada y evidente, pero inevitable, rompe como si fuese un castillo el horizonte que aún verdea.  Parece un buen lugar para esconder un tesoro, o a uno mismo. No se ven árboles, los arbustos de tierra tapan las grietas de la lluvia y las rocas afiladas esbozan el mejor perfil para la puesta de sol.
Hoy, buscando por buscar, encontré que alguien se olvidó un sueño entre las arrugas de las rocas, no parece caducado, la fecha - 03-02-11- es reciente, no han podido grabarla en un tronco de marfil y la han colgado en el universo.
Tal vez, mañana no regrese y busque otros sueños.

jueves, 19 de mayo de 2011

Angustia

                                                   angustia-oswaldo-guayasimin.

El corazón se pliega;es un músculo sensible a los cambios de temperatura que se enfría con facilidad, alérgico a las miradas directas de amargura. ¿nunca lo has notado?. El latido lo tiene recluido entre el esternón y un suspiro,  transmite su indecisión a la garganta mientras respira y a los antebrazos cuando cogen.
Las puertas las  voy abriendo con chirrios, despacio, miro en avanzada  por si acaso encuentro unos ojos parapetados, esperando cazar el descuido aflojado o, se conforman con desviar el iris, con desprecio, sobre el humo aburrido.
Y pasan los días, con angustia.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Luna

 


Se puso el Sol
en la cima de la roca.
Salió la Luna.
 LL.P.

martes, 3 de mayo de 2011

lunes, 2 de mayo de 2011

Alegría


En ocasiones amanezco triste, tal vez un mal sueño, una arruga en la almohada o una nostalgia sin planchar provocan un descarado desconsuelo, solo me doy cuenta cuando me miro al espejo y me reconozco, ¡estás ahí!. Pero recuerdo - contigo todo es memoria - que un fin de semana nos hería la distancia, los antibióticos no parecían una solución, y cada uno por su lado soportaba la lluvia penitente desde la Semana Santa. Y nos encontramos,  descansamos las miserias y renovamos la sonrisa,  al brindar con dos vinos del país . No sé, que tu compartieras la barra del bar también fue importante, Daniela.