lunes, 21 de marzo de 2011

Desvelo

Algunas noches no me dejabas dormir, te ponía nerviosa la vida, dabas vueltas esperanzada en el insomnio, hasta que te sentabas en el colchón de seda y llenabas la alcoba de palabras, preguntas, respuestas, reflexiones, otras vueltas, caricias y humo. Nos reíamos de vernos felices - a veces pasa - y la risa provocaba otras, de esas tontas que solo nacen de la ternura profunda; los besos escribían solamente el epílogo necesario. Al día siguiente la luz se cargaba en la espalda, pero no se desdibujaba la alegría cansada.
Ahora, algunas noches, la ventana apagada no me deja dormir, la tibieza de mi lado izquierdo se queda inmóvil, sin campanadas, y solo pienso en como se van acercando los rutinarios ruidos del amanecer y en ti, también en ti, cuando me desvelo, sobre todo pienso en ti.

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