sábado, 16 de abril de 2011

Amapolas


El campo está arropado por los tonos verdes de las nubes; entre las espigas sin grano surgen los capirotes rojos de las amapolas y caramelos amarillos de trigo. En estas primeras tardes de primavera el paisaje simula los colores del norte, el llano se encresta hasta la altura de la siega y las alondras plateadas juegan a ser gaviotas. Todo se confunde.
Durante el paseo he recogido las más rojas al son de un tarareo de Juan Luis Guerra,  las clasificaba por belleza y casta, cuando he tenido suficiente melancolía entre mis manos las he tirado con cierto enfado al camino sin que su desorden me indicara el siguiente paso, las observaba con superioridad y pereza, pero he tenido que arrodillarme para dibujar un ramo sin destino, luego un puño de protesta y con las últimas siete tu nombre, Daniela.

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