lunes, 30 de enero de 2012

Deseos



Si pudiera abrazarte cada día, dejaría las teclas dobladas del portátil en una esquina y te arrinconaría sin tregua entre la almohada y las sábanas prestadas; si aprendiera a  mirarte a manos llenas entre beso y beso, sin oír el goteo de los granos de arena en el cristal, grabaría cada gesto en el  iris verde que solo ves tú; si estuvieras a mi lado - ahora - te abrigaría del frío con hojas pintadas de poemas y te tomaría como quien conquista una trinchera, gritado tu nombre roto, Daniela.
¡Pero que fácil me resulta olvidar los recuerdos!, ¡los bocetos de recuerdos, la brisa de los recuerdos!.
Apenas si veo ya el sueño de un dragón, con mi cara añosa, que besaba sobre una cartulina tus labios berenjena y, al despertarme, seguíamos ahí, perdidos, entre el humo de la maría y la ceniza de los ojos.

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