domingo, 15 de enero de 2012

Murmullo


Hemos dejado huellas de nuestros besos en las barras del bar y bajo la luz nocturna de las farolas. Nosotros que embozamos nuestros palabras y disimulamos la alegría con sonrisas, que bebemos con ritmos cambiados y dormidos, a nosotros se nos olvidó que aunque cerremos los ojos no somos invisibles.
Y se escuchan murmullos ásperos de rosa.
Pero hoy hemos cruzado el puente cogidos del brazo para superar el miedo a la estrechez de los pasos y nos hemos quitamos los copos de nieve del pelo, nos hemos mirado entreteniéndonos en lo que miramos, y nos acurrucamos cuando caminamos. Es difícil Daniela, lo sé. Tal vez ahora nos miren de reojo, con sospecha, aunque sigamos cada uno en su ciudad, tan lejos, y cada uno con sus sábanas, tan frías, y cada uno con un idioma, que nos une.
Mañana habrá niebla, tal vez el vuelo se cancele y regrese escondido como un fantasma de lluvia otra vez a tu lado, y oiré susurros ásperos de rosa que no me importan si estoy a tu lado.

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