jueves, 21 de julio de 2011

Luis y Ernesto

Al quedarme sin mi libro me dediqué a buscar por internet más versos, y sobre todo la biografía de Rosales. Todo desbarajado. Una entrevista con Sánchez Dragó, otra con Soler Serrano y más. Me entero de cosas que todo el mundo sabe, el dieciséis de agosto de mil novecientos treinta y seis Lorca es detenido, por un pelotón de asalto de más de cien hombres y comandados por Ruíz Alonso, en la casa de Luis Rosales. Federico era amigo de toda la familia Rosales, pero sobre Luis cayó la responsabilidad poética de la muerte. Diría en una ocasión que lo habían insultado en los cinco continentes.

Ahora recuerdo, por haberlo leído hace unos días, que  Ernesto Sabato tras una cena con el dictador reciente Videla en mil novecientos setenta y seis, y a la que también asistió Borges, comentó que el general le parecía un hombre culto, modesto e inteligente; esa frase fue difundida sin contexto y  tuvo que soportar muchos años las acusaciones de otros escritores, hasta de Gabriel García Márquez que lo tildó de actitud inhibitoria.
 Perdona, he perdido el hilo, pero me ha venido a la memoria, como torturas de brujas.
Con la cara de pena que se pintaba, no suena a farsante. Aunque yo sigo sin saber nada.

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