viernes, 19 de agosto de 2011

Familia

Nunca llegaste a conocer a mi familia, cuando no hay caras los nombres se desvanecen y no forman parte del recuerdo. Mi familia  repite esquema con respecto a mi padre, te explico, él tiene dos hermanas y un hermano, igual que yo y eso a influido en mi vida de una forma extraña. De pequeño observe ese reflejo y de manera inconsciente asigné el destino de cada uno equiparándolo, mis hermanas estarían solteras y juntas toda la vida, mi hermano se casaría y tendría cuatro hijos r- dos y dos - y yo emigraría a Barcelona y volvería al tiempo con alguna experiencia exótica en catalán, con algún antecedente en penales, con un renault dormido, con cierto encanto trasnochado y sirviendo cafés a primera hora de la mañana en el pequíeño restaurante-hotel de mis padres, igual que le pasó a mi tío Jordán .Asumí mi papel sin ser consciente de que para reencarnarse hay que morir, viviendo con un billete comprado en el bolsillo y la maleta a medio hacer. Hasta que se casó mi hermana Eulina no entendí que podíamos cambiar el destino. Solo llegué a tiempo de aprobar unas oposiciones mal remuneradas en el Ayuntamiento pero suficientes para olvidar el ruido de la máquina de café, aunque no me canjearon el billete que guardaba. Por eso, en ocasiones, me sale cara de emigrante esperando volver.

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